Como ya denunciamos anteriormente ante el trato recibido por una cigüeñuela debilitada recogida en Plaiaundi, que terminó muriendo porla falta de capacidad para su atención en Arrano Etxea. El caso vuelve a repetirse esta vez con nada menos que uno de los tres primeros flamencos que llegaron a Plaiaundi hace unos dÃas por primera vez en la historia de la ornitologÃa del PaÃs Vasco.
El flamenco resultó herido en un ala, con una fractura ósea de importante gravedad, seguramente por un impacto con algún cable o torre de alta tensión. Fue recogido a los dÃas, tras varios operativos fallidos y trasladado a Arrano Etxea, centro que no pudo asumir su atención por considerar que no tenÃa medios para ello, y recomendó fuese devuelto al medio natural aún en el grave estado en que se encontraba, al considerar que tenÃa más posibilidades de supervivencia que si ingresaba en Arrano-Etxea.
Finalmente, y perdiendo un tiempo precioso para su tratamiento, llegó a las instalaciones de la Diputación en Arizmendi. Centro de recuperación que sorprendentemente sigue sin abrirse.
Previamente habÃa pasado por unas instalaciones veterinarias donde se constató su tremenda debilidad, se le operó y estabilizó la fractura. Siendo definitivamente trasladado al centro de recuperación de fauna silvestre donde durante varios dÃas hubo cierta esperanza hacia la supervivencia del ave porque comenzó a alimentarse bien. El flamenco es una especie que se adapta muy bien a aviarios de zoológicos porque se alimenta con comida de tortugas y peces de acuario fácilmente, por lo que su alimentación no es considerada complicada. Como es sabido el flamenco tratado no ha sido capaz de superar las graves lesiones muriendo finalmente.
De todas formas, la gravedad de la situación no es por el caso concreto de la muerte de un flamenco que no deja de ser una anécdota su presencia en las costas vascas, rareza es el término que utilizamos los ornitólogos.
La gravedad, el auténtico drama, es que estamos en temporada de caza, el goteo de rapaces y otras aves protegidas heridas por perdigones es una constante en estas fechas y no hay un centro de recuperación(1) con el servicio veterinario necesario para solventar esta situación, aunque éste exista y cuente con todas las instalaciones necesarias. Y lo venimos reclamando desde hace tiempo, mientras que la Diputación mira para otro lado.
(1) Algo a lo que la ley vasca obliga: ArtÃculo 60 del Decreto Legislativo 1/2014, de 15 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Conservación de la Naturaleza del PaÃs Vasco: